las lunas de Miranda

domingo, octubre 23, 2005

SONRISAS Y LÁGRIMAS

Escuchando: Bulerias turcas de Radio Tarifa

viajando sin patera


Las sonrisas de la comida del viernes con Ricard en Barcelona, uno de mis mayores tesoros, mi restaurante de siempre, su alegría contagiosa, ponernos al día, comprar piedras de colores, escuchar un violín de camino al tren, descansar en un patio escondido con jazmines salvajes. Me carga las pilas. Se me olvidan todas las penas, en esos momentos solo existen las cosas que me explica y que guardo en las cajitas de mi memoria, para el viaje, para el tiempo que pasamos sin vernos.

Las lágrimas de Ana i Abdullah desde Francia. Según las últimas noticias él había conseguido llegar a Italia y Ana pensaba ir a verle esta semana aprovechando sus vacaciones. Se fue hace unos días. Llegó a Milano, a la nave industrial donde estaba escondido el grupo, muertos de frío, sin lavabo ni cocina. Durmió con ellos una noche y al día siguiente decidió que se lo traía para España. Normalmente pasar la frontera en tren es fácil porque hasta ahora no pedían la documentación. Hasta ahora. Los pararon en Port-Bou. El tren detenido. La policia se lleva a Abdullah. Ana sale detrás. Intentan impedirselo y le dicen que le abrirán un expediente por colaboración con delicuente. Porque él es un delincuente por no tener papeles. A Ana le da lo mismo y sale detrás llorando en la puerta de la comisaria hasta que al policia le da pena y la deja entrar a verlo. Le dicen que no puede pasar a España y se lo llevan a Francia, a un centro de reclusión a quince quilometros de Perpignan. Ana detrás. Busca un hotel para quedarse y va a verlo cuando puede. Me cuenta que es como un campo de concentración rodeado de pichos. Parace ser que no están en malas condiciones pero Abdullah sigue en Ramadan y se encuentra débil. Dentro de cinco días lo devuelven a Marruecos. El drama es intenso. Él no quiere volver a su pueblo porque sabe que si vuelve es carne de mafia y droga y se dejará caer. Él dice que se merece lo que le pasa, porque es malo, porque es ilegal. Ana intenta convencerle de que no se lo merece, que nadie se merece algo así, que no es malo.

Me cuenta todo esto en medio de lágrimas imparables, mientras el tren va camino de Valencia. Dice que nunca en la vida ha visto tanto sufrimiento junto. Y Ana ha visto mucha cosas en esta vida. Intento pensar en cosas bonitas para ver si le llega algo. Pienso en el bello mundo dorado de Ricard, en las ciudades blancas y atlánticas donde fuimos felices Ana y yo, en la música que suena siempre en mi cabeza, en los danzas antiguas que permiten que el mundo gire a pesar de todo.

Abdullah será devuelto a Marruecos detro de cinco días y Ana se irá con él. Para no volver al pueblo se iran a Assilah a vivir. Quieren montar un negocio para poder vivir sin pensar en pateras ni en fronteras. Él quiere conocer Europa. Ella le ha dicho que se la enseñará sin tener que esconderse, sin que lo vuelvan a encerrar.

Fin de semana en Valencia. Muy intenso. Mucho. No he tenido tiempo ni de quedar con los amigos porque el motivo de la visita era otro. Fin de semana de curar algunas heridas, de reactivar otras. Un poco de todo. Me he encontrado a alguien con quien estuve bailando en Egipto hace mucho tiempo. Me he encontrado demasiadas cosas que ni recordaba tener.
He vuelto en avión. Las nubes eran bellas, blancas y gordas.

Escrito por nimue :: 23:13 ::
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