las lunas de Miranda

jueves, septiembre 22, 2005

EN MEDIO DEL CANSANCIO

Escuchando: Smell of desire, d'Enigma

maboroshi

Hacía mucho tiempo que no me sentía tan cansada. Soy fuerte y activa, sin llegar al hiper. Muevo el cuerpo y la mente a una velocidad más que aceptable, como bien, duermo de maravilla, disfruto mis momentos de ocio, me gusta mi trabajo. Pero estoy cansada hasta límites insospechados y tras un breve pero concienzudo analisis deduzco que mi cansancio es psicosomático como el 99% de mis escasas enfermedades y que su origen es puramente emocional. Me conozco de sobra los motivos y me conozco de sobra a mi misma como para reconocer mis reacciones al respecto. Anne Marie también me conoce y lleva tres días intentando hablar conmigo por teléfono para ofrecerme sus sabias palabras. Ella no necesita que le diga nada. Siempre sabe cuando tiene que llamar. Jamás falla. Desde hace cuatro años. Anoche consiguió que le cogiera el teléfono y me dijo que Iván está en Barcelona este fin de semana. En mi estado actual es casi una obligación que vaya a verle, a pesar de que no me apetece demasiado. Pero incluso estás pocas ganas de ir a ver a Iván son un motivo más que suficiente para vencer mi resistencia y acudir a la cita. Ya veremos… Sé que me desmontará, como siempre, pero ya hace tiempo que no le veo y supongo que ya toca.

Esta semana empezaron mis clases de danza después del descanso del verano. Naturalmente el descanso consiste en cerrar la academia porque las que bailamos, bailamos hasta tendiendo la ropa. Un gusto enorme regresar a este espacio de belleza absoluta, la música, los pies descalzos, las compañeras, el esfuerzo recompensado…

En el instituto las cosas siguen adelante con mucho trabajo. Los niños y yo mantenemos una relación más que cordial. Al final resulta que estamos muy a gusto juntos aunque mi grupo de tutoría es un poco complicado y tengo que resolver muchos conflictos cada día. Hace un par de días el macarra más macarra, el terror del instituto me dijo: profe, tu pones muchos negativos, pero molas. Ay, madre mía, que les va la mala vida a estos niños míos. Hay uno que se ha enamorado de mí. Me escribe poemas de amor en papelitos que recorta de la libreta de mates y que yo voy guardando en la libreta de notas, me regala velas de colores y pulseras de hilo. Tiene doce años y siempre me espera en la puerta para decirme adiós. Cuando me enfado con la clase y les digo que les voy a dejar sin recreo es el único que se alegra porque así pasa más rato conmigo. El resto del tiempo se lo pasa castigado en la sala de profes porque mi pequeño admirador es otro de los macarras oficiales. De momento tiene que conservar su fama de duro y nadie debe saber que me escribe poemas y que tiene sueños altruistas. No es la primera vez que me pasa y normalmente tienen doce años. Estos son los elementos masculinos a los que atraigo. Ay, que maternal debo ser… que desastre…

Además ya he empezado las entrevistas con padres y madres. Me resulta curioso conocerles porque así conozco un poco más a mis críos. A veces me imagino a mi madre cuando mis hermanas y yo eramos pequeñas y se entrevistaba con la profe. Intento escucharlos lo mejor que puedo y explicarles los problemas de sus hijos con la mayor delicadeza posible. A menudo me gustaría tener la solución mágica, a menudo opino en mi interior que no han sabido educar a sus hijos y que ahora tienen que asumir las consecuencias. Pero, claro, yo no tengo hijos propios, no tengo ni idea de si lo haría mejor o peor… al final hacemos lo que podemos de la manera que pensamos más apropiada.

Espero dejar de sentir este cansancio cuanto antes. A ver si me aclaro. A ver.



Escrito por nimue :: 21:08 ::
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