las lunas de Miranda

domingo, agosto 28, 2005

EMPAQUETANDO LA CASA

escuchando: Nomad de Geoffrey Oryema


trasladando la casa...

Me fui de casa de mi madre hace cuatro años. En realidad ya había iniciado una pequeña semi-independencia unos años antes pero el resultado fue desastroso por motivos diversos y tuve que volver un poquito cabizbaja.

Pero hace cuatro años me fui de verdad. Tenía un buen trabajo, el mejor novio del mundo y muchas ganas de estrenar mi nueva vida. El señor Giorgio Grappa me alquiló su apartamento, el mismo que habíamos medio compartido en mi primera semi-independencia de resultado desastroso.

En aquel apartamento se han acumulado a lo largo de estos cuatro años mis mayores alegrías y mis desgracias más grandes. Entre aquellas paredes he llorado mis lágrimas más gordas y he disfrutado de momentos de felicidad extraordinarios, se han acumulado muchos libros, algun amante fugaz, muchos papeles, muchas cenas con amigos, estaba Giorgio cuando llegué y después de nuestro desastre de convivencia ha sido un casero inmejorable, pasó Musafir, breve, intenso y bello, estuvo mi novio perfecto hasta que se fue, estuvo mi buen trabajo hasta que decidí dejarlo, estuvieron toda mis amistades de cerca y de lejos, estuvieron mis dias grises cuando quise morirme y estuvieron mis días brillantes cuando me comía el mundo.

Cuatro años puede parecer poco tiempo según para qué, pero en una casa se acumulan muchas cosas físicas y de las otras. De las físicas pueden dar fe las cajas que ocupan en estos momentos toda la casa. Giorgio Grappa recupera su apartamento y yo cierro una etapa de mi vida. La verdad es que tenía ganas. Cuando vaya a Valencia ahora iré a dormir a casa de mi madre. Se me hará extraño, sí, pero tocaba cerrar aquella casa, tirar a la basura muchas cosas que se acumulaban en los cajones, cosas de las que nunca pensé que podría desprenderme. Por una parte no me ha quedado más remedio porque el apartamento en de Barcelona es más pequeño y de repente estoy medio loca con tanta caja por el medio. Y eso que no están todas aquí todavía! Sobre todo sufro por mis libros, no sé donde meterlos. La habitación de invitados ha desaparecido sepultada por las cajas y me parece que se va a quedar así hasta que me traslade a una casa más grande. Por otra parte, el hecho de eliminar cosas me ha servido como limpieza emocional. Porque aquí una lo guarda todo y después no cabe en casa, no cabe físicamente y no cabe emocionalmente. Todo son recuerdos, todo son trocitos del pasado. Hay cosas que hay que dejar atrás, tirarlas a la basura para dejar espacio a lo que está por venir.

Dentro de un par de semanas el apartamento de orillas del rio volverá a ser de Giorgio.
Y yo viviré rodeada de cajas hasta que sepa donde meterlas.

Escrito por nimue :: 22:40 ::
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