las lunas de Miranda
viernes, febrero 10, 2006
LA CASA AMBULANTE
Continuo buscando casa para comprar aunque de una manera mucho más relajada. Sé que la encontraré cuando la tenga que encontrar, ni antes ni después. Así que mi busqueda continua pero con bastante calma.
Supongo que mis pocas prisas también vienen por mis conflictos con el enraizamiento. Me cuesta permanecer en el mismo sitio demasiado tiempo, me agobian los trabajos fijos y repetir paisaje constantemente, no tengo espíritu inversor y me da pereza establecerme. Entre eso y que la casa que me gusta y que todavía no he encontrado es muy cara se me ha ocurrido que yo para ser feliz quiero un camión como el de la canción. O una autocaravana.
Mis niños del instituto están entusiasmados con la idea. La estamos tuneando entre todos en nuestra mente (de momento ya la hemos pintado de rosa y le hemos puesto geranios y jazmines en las ventanas). Ya me estoy viendo… mi autocaravana y yo y quien se quiera venir… arriba y abajo por el mundo… paisajes nuevos, gente nueva… la vuelta al mundo en mi autocaravana rosa…
Podría vender pasteles de chocolate para pagar la gasolina o lo que sea que consuman las autocaravanas, mi
percussionista (que es como la casa, no por caro, sino porque sigue sin aparecer) me llenaría la bañera que me habéis regalado entre todos, aprendería algunos trucos de trapecio y ofrecería mis servicios a los circos que me encontraría por el camino, recorrería el mundo de cafetería en cafetería en invierno y de heladería en heladería en verano para hacer una lista de los mejores productos, haría fotos de todos los gatos, naranjas, playas y chicos guapos, simpáticos y listos que me encontrara por el camino, huiría del frío excesivo y pondría un filtro en el tubo de escape para no contaminar.
Los niños del instituto me han sugerido que me compre un barco-casa porque dicen que me ven más de sirena o de pirata que de conductora de autocaravanas.
Pues también me gusta la idea!
Escrito por nimue ::
17:13 ::
---------------oOo---------------