las lunas de Miranda

domingo, octubre 30, 2005

ARIEL NO SABE NADA

Escuchando: Nostalgias de Concha Buika


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soñando

Titania, la luna más grande de Urano, llama a la puerta de Miranda, la de la Tempestad, la luna pequeña y discreta, la hija del Mago, la más escondida.
Trae una bolsa de magdalenas y hace sol. Sol de castañas, de hojas marrones que caen lentas i hermosas. Sol de castañas. Vamos a comernos las magdalenas al parque, dice Titania. Miranda no se acuerda de comer cuando está trabajando o cuando quiere escaparse así que acepta el viaje.

Como Titania es la luna más grande de Urano siempre sabe lo que tiene que preguntar para que a Miranda se le desaten los nudos. Conoce los muros que se construye Miranda, los caminos por los que pasea, las cosas que se calla.

Titania, además de luna grande de planeta lejano, es reina de hadas de planeta Tierra y por eso tiene caras distintas aunque siempre traiga magdalenas y preguntas.

Y qué harías si los episodios de tu vida fueran leyendas acumuladas en libros de tapas rojas, si pudieras reconocer los finales felices cuando les vieras la cara.

Y qué harías si pudieras fugarte con Ariel, que es como Titania pero en pequeño, que dicen que es el espíritu de la inocencia pero tiene los ojos y la sonrisa del gato de Chesire. Si pudieras explicárselo todo, parar el tiempo y robar París.

Y qué harías si no existieran las maldiciones, las imposiciones, las obligaciones, las disposiciones, las prohibiciones, las declaraciones.

Miranda mira lentamente a Titania, muerde una magdalena y cae dormida en un profundo sueño. Mientras cae le parece que ciervos y conejos se acercan curiosos, que todas las lunas de Urano le preparan una cama de hierbas y flores. Vigilan el pulso y la respiración. Solo quedan los ojos de Ariel, flotando en el aire que respira Miranda.
Titania le arregla la almohada, le limpia las migas que han caido de las magdalenas por si quería volver a casa, le quita los zapatos.

Ariel no sabe nada.
Miranda duerme.

Escrito por nimue :: 18:26 ::
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jueves, octubre 27, 2005

ME FALTA ESPACIO

Escuchando: Se mai de Franco Battiato



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michael parkes

El sueño de las tres y cuarto.
El de las noches raras. El de los ojos pegados.
El de la maldición de los niños perdidos.
El de buscarte la mano a tientas sordas, mudas y cojas.

Me despejan la cabeza los amaneceres rojos camino del trabajo.
Mi compañero de viaje comenta que son colores de batallas lejanas. Puede ser. Es posible. A mí me llegan rumores de bellezas locas que se enconden entre las esquinas deshilachadas de las nubes.

Busco en mi propio cuello el olor de la vainilla y las moras. Un amigo me dice que los niños me persiguen en el cole porque huelo a galletas y a natillas y tienen hambre. Lo cierto es que cada día me faltan trozos cuando llego a casa y algunas noches cuesta curar las heridas de sus mordiscos. Evito suciedades de cotidianeidad, me hundo en olores dulces, en manos como cunas donde descansar al final de la semana.

Quiero irme.
No quiero no entender el sueño de las tres y cuarto.
No quiero no encontrarte cuando te busco.
Quiero irme. Ya.
Ven.
Ya.
A las tres y cuarto de la mañana.
La señal para escapar tendrá una belleza petrificada. Resonará en los cristales como los ecos de las islas antiguas.

Esta semana estuve rígida mientras bailaba. Mis espacios intercostales se resisten a cualquier tipo de invasión. Me costó más de lo normal. Super Sandra, mi profe, intentaba moverme las piernas sin éxito y esto me duele más que arrancarme los ojos. Así que llego a casa muerta de cansancio y practico hasta que se me salen las lágrimas para ver si por fin me responden las rodillas. Hay pequeños instantes de paz entre los pasos de cada nueva coreografia. Estar a salvo. Estar fuera de peligro. Reconozco la mayoría de los rincones sucios que me provocan estas rigideces. Reconozco las ausencias, las lesiones viejas, las pesadillas, las memorias que se acumulan.
Tengo que irme. Me falta espacio. Me sobran silencios.

Escrito por nimue :: 22:29 ::
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domingo, octubre 23, 2005

SONRISAS Y LÁGRIMAS

Escuchando: Bulerias turcas de Radio Tarifa

viajando sin patera


Las sonrisas de la comida del viernes con Ricard en Barcelona, uno de mis mayores tesoros, mi restaurante de siempre, su alegría contagiosa, ponernos al día, comprar piedras de colores, escuchar un violín de camino al tren, descansar en un patio escondido con jazmines salvajes. Me carga las pilas. Se me olvidan todas las penas, en esos momentos solo existen las cosas que me explica y que guardo en las cajitas de mi memoria, para el viaje, para el tiempo que pasamos sin vernos.

Las lágrimas de Ana i Abdullah desde Francia. Según las últimas noticias él había conseguido llegar a Italia y Ana pensaba ir a verle esta semana aprovechando sus vacaciones. Se fue hace unos días. Llegó a Milano, a la nave industrial donde estaba escondido el grupo, muertos de frío, sin lavabo ni cocina. Durmió con ellos una noche y al día siguiente decidió que se lo traía para España. Normalmente pasar la frontera en tren es fácil porque hasta ahora no pedían la documentación. Hasta ahora. Los pararon en Port-Bou. El tren detenido. La policia se lleva a Abdullah. Ana sale detrás. Intentan impedirselo y le dicen que le abrirán un expediente por colaboración con delicuente. Porque él es un delincuente por no tener papeles. A Ana le da lo mismo y sale detrás llorando en la puerta de la comisaria hasta que al policia le da pena y la deja entrar a verlo. Le dicen que no puede pasar a España y se lo llevan a Francia, a un centro de reclusión a quince quilometros de Perpignan. Ana detrás. Busca un hotel para quedarse y va a verlo cuando puede. Me cuenta que es como un campo de concentración rodeado de pichos. Parace ser que no están en malas condiciones pero Abdullah sigue en Ramadan y se encuentra débil. Dentro de cinco días lo devuelven a Marruecos. El drama es intenso. Él no quiere volver a su pueblo porque sabe que si vuelve es carne de mafia y droga y se dejará caer. Él dice que se merece lo que le pasa, porque es malo, porque es ilegal. Ana intenta convencerle de que no se lo merece, que nadie se merece algo así, que no es malo.

Me cuenta todo esto en medio de lágrimas imparables, mientras el tren va camino de Valencia. Dice que nunca en la vida ha visto tanto sufrimiento junto. Y Ana ha visto mucha cosas en esta vida. Intento pensar en cosas bonitas para ver si le llega algo. Pienso en el bello mundo dorado de Ricard, en las ciudades blancas y atlánticas donde fuimos felices Ana y yo, en la música que suena siempre en mi cabeza, en los danzas antiguas que permiten que el mundo gire a pesar de todo.

Abdullah será devuelto a Marruecos detro de cinco días y Ana se irá con él. Para no volver al pueblo se iran a Assilah a vivir. Quieren montar un negocio para poder vivir sin pensar en pateras ni en fronteras. Él quiere conocer Europa. Ella le ha dicho que se la enseñará sin tener que esconderse, sin que lo vuelvan a encerrar.

Fin de semana en Valencia. Muy intenso. Mucho. No he tenido tiempo ni de quedar con los amigos porque el motivo de la visita era otro. Fin de semana de curar algunas heridas, de reactivar otras. Un poco de todo. Me he encontrado a alguien con quien estuve bailando en Egipto hace mucho tiempo. Me he encontrado demasiadas cosas que ni recordaba tener.
He vuelto en avión. Las nubes eran bellas, blancas y gordas.

Escrito por nimue :: 23:13 ::
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miércoles, octubre 19, 2005

COLECCIONES

Escuhando: Ariadne de Dead Can Dance

olbinski

Miranda colecciona espejos de mercurio. Los toca con el dedo y mientras se rompen responden todas las preguntas que se le formulan. A veces las respuestas no se entienden pero siempre es bello escuchar sus palabras, como las canciones africanas.

Colecciona zapatos de cristal que se encuentra camino de los bailes.
A veces se los prueba pero normalmente prefiere bailar descalza sobre los paisajes marinos que colecciona.

Colecciona principes de color rosa que intercambia en el mercado de Sant Antoni por músicos ambulantes o caballeros oscuros, infinitamente más interesantes. A veces se cambian las camisas y el resultado supera la colección de piedras de colores y la de chocolatinas suizas.

Coleccionaba tiempo pero empezó a cambiarlo por dibujos de peces cuando desarrolló una alergia terrible que la sumió en la melancolia y el polvo. Desde entonces vive esquivando ráfagas de tiempo.

Colecciona laberintos donde se pierde. Donde se encuentra, se saluda, se mira, se pierde. A veces le parece que ya ha pasado por aquella esquina, a veces suena la música de fondo y encuentra un zapato de cristal que intercambia por manzanas de bruja. A veces merienda chocolatinas suizas con caballeros que llegan de paso y nunca se quedan del todo, en el centro del mejor laberinto de su colección.

Escrito por nimue :: 21:49 ::
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domingo, octubre 16, 2005

DIA EN VILASSAR

Escuchando: My love, de Marlango


hadas marinas

No me gusta el calor excesivo, se me para el cerebro y, a veces, el resto del cuerpo. De hecho creo que la estación perfecta es la primavera aunque cada vez se notan menos los cambios de estación.

Mis veranos los últimos años consistían en pasar el máximo tiempo en tierras africanas escapando de mi propia vida como del demonio con plumas y tratando de alargar la vida de artista lo máximo posible para no tener que volver a impartir clase. Me fue bien, la verdad, mientras duró. Cuatro añitos dando vueltas arriba y abajo, a veces sola, a veces acompañada. Sonrisas y lágrimas. El final del verano siempre era algo que me devolvía a tener que tomar decisiones. Vuelvo al cole, no vuelvo…?

Esta es la primera vez que repito de profe dos años seguidos voluntariamente. A veces sopla el viento y me pasa como a Mary Poppins, o como a la protagonista de la película-novela Chocolat, que siente o sabe que ya le llega el momento de marchar a otro sitio.
Mis niños, cuando les explico esto, me piden que no los deje a mitad camino, que tengo que llegar hasta el final. Ya veremos… el viento sopla fuerte cuando llega el otoño, aunque el viento de Chocolat era viento de Carnaval.

Esta vez tuve un verano tranquilo, de vacaciones, sin más complicaciones que encontrarme con el rey de Marruecos en Tetuan. Lo previsible, vaya…
Y llevo unos días con una añoranza absoluta de horas al sol, de helados en terrazas, de aventuras de chiringuito, de verbenas de pueblo, de crema bronceadora, de ocio, de levantarse sin despertador, de ir a dormir por gusto. No es por el frío, ni por la lluvia, ni por sacar las mantas del armario, ni porque se haga de noche más pronto. Es bello el otoño, me gusta. Pero es que me muero de ganas de estirarme al sol como las lagartijas y meterme en el agua como los garbanzos y que se me llenen los pies de arena y la boca de helado. Incluso se me ha pasado por la cabeza cambiar de hemisferio estas navidades, buscando el verano.

Pero mientras tanto, he llamado por teléfono a Desiré que estaba también ansiosa de playa y nos hemos ido a comer a Vilassar, a nuestro restaurante de siempre. El dia hoy ha quedado precioso, azul y cálido. Se celebrababa un festival de marionetas y estaba todo lleno de niños felices y de papas y mamas disfrutando del espectáculo de un actor que jugaba con un diábolo, de un teatro en miniatura, de un esqueleto que bailaba… Hace unos días una compañera de trabajo que a penas me conoce se me quedó mirando y me soltó de golpe que ella no me veía dando clase, que me veía haciendo un casting teatral. Prometo que en aquel momento solo me estaba tomando un te. Pero el resto de compañeros corroboraron la idea. La verdad es que cuando veía el esqueleto bailando al lado del teatrillo en miniatura me parecía máss divertido que lo que me encontraré mañana en el instituto. Y eso que en el instituto me lo pasó de maravilla. Pero es que el viento de otoño, y el verano lejano, y mis pies inquietos…

Hemos paseado por el pueblo, por la calles lindas y tranquilas de nuestra memoria, y nos hemos regalado un pastelito de trufa y nata en la pastelería de siempre. Cuando ya bajábamos a pasear por la orilla del mar nos hemos encontrado con Klaus y Marta. Besos y abrazos y explicarnos cosas. Aunque nos hablamos de vez en cuando por diferentes vías siempre es una alegría grande verlos en persona.

De vuelta a Barcelona hemos visto un cartel que anunciaba un desfile de perros la semana que viene y nos íbamos riendo mientras imáginabamos los perros vestidos y peinado desfilando por las calles de Vilassar al ritmo de una conga veraniega.

También hemos echado un ojo a las viviendas que estan en venta pero sigo sin encontrar mi casita de turrón.




Escrito por nimue :: 21:36 ::
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jueves, octubre 13, 2005

MIRANDA Y ARIEL

olbinski

Volver a casa después de un dia de lluvia mar revuelto, cargada de libros, de huesos, de agujeros, de ojos con sueño.

Y que Ariel, que sólo se llama Ariel para Miranda, esté esperando en el sofá.

Y que sean como dos lunas escapadas y escondidas y traviesas.

Y Miranda, que sólo se llama Miranda para Ariel, orbite alrededor de manos y espalda y pelo y piernas mientras se quita la ropa mojada y fría de otoño.

Y que Ariel le haya preparado su te favorito, en la taza azul, y una montaña de magdalenas de chocolate gordas y sabrosas.

Y que Miranda quite el papel de las magdalenas lentamente para que duren más y beba el te a sorbos pequeños ante las miradas grandes de Ariel que huele a mar y a montaña.

Y que a Ariel le de un poco de pena no tener bañera en casa de ella porque sabe que a Miranda le gustaría darse un baño con olores y sabores, caliente.

Y que Miranda se inunde con el aroma del incienso y la crema de las manos y los sabores de Ariel cuando pasan de las siete de la tarde y es octubre.

Y que suenen las canciones de Vinicius en la habitación y Ariel se convierta en el vampiro que nunca dejó de ser bajo su capa de niño perdido y bueno.

Y que se conviertan en caracoles bajo la manta hasta mañana por la mañana

Y que jamás le pida que se convierta en Wendy
y que jamás le ofrezca la vida de las flores de jardín,
y que salven a los niños buenos de los piratas malos,
y les quiten la máscara a los fantásmas que cantan ópera,
y se coman la casita de chocolate,
y se caigan en los pozos prohibidos,
y se mueran bailando canciones locas,
y se quieran a pesar de los pesares y las estrellas y los planetas,
y se alien con divinidades extinguidas,
y se inventen un alfabeto antiguo,
y que jueguen a la resurrección de la carne,
y que nunca se acaben las magdalenas,
y que se los coma el hombre lobo,
y que renazcan de sus cenizas,
y que llueva que llueva la virgen de la cueva,
y que llamen a la puerta los hombres del saco
y que se rían de ellos y se vayan llorando.

How can we dance when our earth is turning
How do we sleep while our beds are burning





Escrito por nimue :: 21:38 ::
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domingo, octubre 09, 2005

SUEÑO

Escuchando Pagan Poetry, de Bjork

la bella durmiente

Siempre me cuesta regresar del sueño.

Abro los ojos enseguida, con cualquier ruido. Doy un salto casi a la vez que suena el despertador. Pero me cuesta regresar del sueño y durante unos minutos permanezco en el interespacio que existe entre mi parte onírica y mi vigilia.

A veces confundo personas, sitios, experiencias. Como me pasa desde hace mucho y no me impide hacer la compra, corregir examenes, pagar impuestos y disfrutar de mi gente, no le doy mayor importancia.

Pero hace un par de noches soñé que paría. Una niña guapa de remate. De cuclillas y con mis propias manos, sin ningún tipo de problemas, ni dolores, ni gritos, rodeada de gente amable. Nos quedamos todos embobados con la criatura.

Me desperté sin despertador y con mucha hambre, buscándola extrañada.

Si no estuviera segura de que no estoy embarazada me iría a comprar patucos de colores.

Hace cuatro años soñé con alguien antes de encontrármelo. Hace un año me volvió a pasar. Aunque ahora estoy bastante segura de que no me voy a encontrar con la niña guapa de remate por diversas razones que ahora no vienen al caso.

Me ha dado un poco de pena porque no sé quien cuida de ella cuando estoy despierta.



Escrito por nimue :: 15:34 ::
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viernes, octubre 07, 2005

DIA DE OTOÑO

Escuchando: el sitio de mi recreo, de Antonio Vega

alphons mucha

Cada vez me pasa más rápido el tiempo. Una amiga insiste en afirmar que el tiempo tiene siempre la misma velocidad pero aunque la física no es lo mío, mi tiempo vuela, corre y nada que se las pela.

Después de unos cuantos fines de semana de cursillos, madrugando más que si tuviera que ir a trabajar, por fin mañana podré dormir hasta que me canse y pasar un fin de semana ocioso. Hacer la compra tranquilamente, preparar algo rico en la cocina, teatro de sábado noche, partida de rol el domingo, buena compañía y descanso. Un lujo. También acabaré los trabajos de Patogenia y de Historia Clínica que tengo pendientes.

Esta semana me he sentido menos cansada a pesar de las interminables reuniones de padres,madres, profes… en fin… que si solo fuera dar clases, que alegría! Pero la verdad es que me compensa que me lo he pasado muy bien en clase con mis peques. Toca explicarles poesia y han mostrado un entusiasmo contagioso en alguna de las sesiones. He cambiado a Josep Carner por Estellés porque me parecía mucho más accesible para ellos. Hemos escrito poemas entre todos y nos hemos convertido en cuenta cuentos. Hubo un momento en que empezaron a hablar de los poetas como si fueran semidioses y me sentí inclinada a desmitificarlos con mi propio ejemplo. La primera vez que me exhibo así con los alumnos en directo y de morros. En fin, que acabamos leyendo poemas de mi último libro y todos la mar de contentos.

A pesar de todo continuan los dramas de cada día, las expulsiones, las faltas de disciplina… Por alguna extraña razón todos los niños que lloran por cualquier motivo vienen a buscarme y me paso el día convirtiendo palabras en betadine para arreglar desastres familiares, amistosos, académicos, amorosos. Acabo agotada. Pero todos los niños que lloran me buscan y no soy capaz de dejarlos solos.

He comido rica paella de verduras con Car y nos hemos puesto al día de nuestras cosillas. No se atrevía a preguntarme por el pirata tonto pero al final ha salido el tema y le he contado como me iban los ánimos. Cosas de laberintos. Suerte que siempre nos da la risa cuando hablamos del tema! Mejor así.

Más tarde he aprovechado un momento de calma para llamar a Ceuta, a ver cómo está Anita y qué noticias tiene de Rashid y Abdullah. Parece que Rashid, después de semanas de locura y desastre conseguirá su visado en Casablanca. Abdullah se subió a la patera finalmente. Pagó 3000 euros (enviados desde Barcelona) a la mafia. Subieron al grupo en un avión para llegar a Líbia y los tuvieron encerrados 10 dias en algún lugar desconocido hasta que pudieron meterlos de polizones en un barco. No saben cuantos días pasaron en alta mar hasta que los bajaron en algun lugar indeterminado de Italia. El mafioso se quedó con los pasaportes y les dijo que los devolvería a la familia. Evidentemente los pasaportes han desaparecido. Ana habló con Abdullah hace un par de días y estaba en Turín con un amigo. No tiene nada absolutamente, solo la ropa puesta. No habla el idioma. Va camino de Milan para buscar trabajo. Parecía animado. Ana se va a verle dentro de un par de semanas. Abdullah tiene 20 años. En las estadísticas és uno más pero para nosotras tiene cara y ojos y una familia en Marruecos donde Ana se refugia en los momentos de crisis. Yo pienso en Naima, su sobrina. Tiene cinco años y cuando me olvido de que tengo una vida incompatible con una criatura me la quisiera traer a casa.

Parece que llega el frío…

Escrito por nimue :: 22:26 ::
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miércoles, octubre 05, 2005

OLFATEANDO PALABRAS

Escuchando: I say a little prayer for you, de Diana King

apple trees, olbinski


A veces leo algunas palabras de alguna persona en algún momento.
A veces las escucho, las intuyo, las olfateo, incluso.
La mayoría de las veces sé que no son para mí. Porque ya nos hemos apretado las manos y nos hemos traspasado las lineas de las vidas, las fortunas y los corazones.

Y hay libertades que no sirven, que no son suficientes, que quisiera encerrar en el espacio infinito de los abrazos libres.

Algunas palabras de alguna persona. No me habla, aunque piensa en mí los sábados por la noche y me llama cuando tengo el teléfono desconectado. Y no me habla porque evito sus palabras como evito los espejismos que me atacan en otoño. Y no me habla porque me escapo cuando le veo venir. Aunque me muera de ganas de no escaparme.
Aunque me maten las ganas de no perderme los momentos terribles y bellos de su enorme vida. Aunque me resuciten los mordiscos que le doy a los labios que no abro para que no se me note nada, nada, nada, ni el aire que respiro en su presencia, ni la sangre que vuela en sus ausencias.

Hay palabras que no me pertenecen, como no me pertenecen otras cosas que conservo Melocotones en almíbar. Demasiado dulces. Resbaladizos. Embusteros. Hay fruta que no es fruta porque tiene almíbar. Hay libertades que se me resisten cuando recuerdo el borde de su mano.

Hay palabras que me invaden por el ombligo y hacen hueco en el espacio que me dejan sus palabras.

Olfateo, intuyo, reconozco las palabras que yo misma podría haber dicho hace tiempo cuando todavía había tiempo y no le conocía y no me acordaba de mí, de mi ombligo, de mis extrañas libertades, de mis estúpidas certezas.

Según se mire.
Demasiado tarde.
Demasiado pronto.

El olvido existe, por supuesto. A veces me acuerdo.

El espacio exacto que me dejan unas palabras que sé que no me pertenecen.





Escrito por nimue :: 22:23 ::
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